¿Qué pasa si Pedro Sánchez dimite como presidente del Gobierno?

¿Qué pasa si Pedro Sánchez dimite como presidente del Gobierno?

Sus funciones son asumidas por los vicepresidentes o, en su defecto, por los ministros, y un nuevo candidato debe someterse al proceso de investidura

El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEuropa Press via Getty Images

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido cancelar unos días su agenda pública para reflexionar si renuncia o no a la jefatura del Ejecutivo tras la denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, y comunicará su decisión en una comparecencia pública el próximo lunes, 29 de abril.

Sánchez lo ha contado en una carta a la ciudadanía que ha hecho pública a través de la red social X después de que un juzgado de Madrid haya abierto diligencias de investigación contra Gómez por la supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios tras la denuncia de Manos Limpias.

El jefe del Ejecutivo lamenta el ataque "sin precedentes" contra su esposa y se pregunta si merece la pena seguir soportando esta situación. Una pregunta a la que se responde asegurando que no lo sabe y, por ello, señala que necesita "parar y reflexionar" con su esposa.

"Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor", añade Sánchez.

[Lee aquí la carta íntegra de Pedro Sánchez a todos los españoles]

Pero, ¿qué pasa si el presidente del Gobierno decide dimitir este lunes? La Constitución recoge este supuesto en su artículo 101: en caso de dimisión o fallecimiento del presidente del Gobierno, todo el Gobierno cesa, pero se mantiene en funciones hasta la toma de posesión de un nuevo Gobierno.

Según lo dispuesto por la Ley del Gobierno, las funciones del presidente son asumidas por los vicepresidentes o, en su defecto, por los ministros. En tal caso, se inicia el procedimiento para la investidura de un nuevo presidente del Gobierno. Es decir, un candidato deberá someterse a una investidura y recibir la confianza de la Cámara para ser investido presidente. 

Si el candidato no lograra ser investido, arrancaría un plazo de dos meses en el que nuevos candidatos propuestos por el rey pueden optar a la Presidencia. Si tras estos dos meses ningún candidato consigue la confianza del Congreso las Cortes se disuelven de forma automática y se convocan nuevas elecciones generales.

Solamente en una ocasión se ha producido la dimisión del presidente del Gobierno en la España democrática actual: en 1981, Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia, dimitió y Leopoldo Calvo-Sotelo fue posteriormente investido.

Mientras tanto, sería la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, quien asumiera la presidencia en funciones hasta la formación de un nuevo Ejecutivo.

¿Puede darse una cuestión de confianza?

Otra posibilidad es que Pedro Sánchez no renuncie a su cargo, pero decida por contra presentar una cuestión de confianza. La confianza se entenderá otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los Diputados. El debate se desarrolla con el mismo formato que las investiduras. La confianza se entiende otorgada cuando obtenga el voto de la mayoría simple de los Diputados.

Si Sánchez no obtuviera la confianza del Congreso, ocurriría igual que si hubiera dimitido y se iniciaría el proceso para investir a un nuevo presidente, con consultas del rey y un nuevo debate de investidura.

Lo que no podría hacer Sánchez es convocar elecciones generales, puesto que el artículo 115 establece que no se puede proceder a una disolución de las Cortes "antes de que transcurra un año desde la anterior". Y dado que la última disolución de las Cortes fue el pasado 29 de mayo, lo que dio lugar al 23-J, no podría volver a suceder esto hasta el 29 de mayo de este año. 

La razón teórica de esta limitación es evitar un abuso de la facultad disolutoria que compete al Presidente del Gobierno. Se quiere impedir que el Ejecutivo pueda eludir su control y supervisión por las Cámaras recurriendo a algo tan sencillo como hacerlas desaparecer mediante el expediente de la disolución.

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es redactor de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es